Pues sí, otra vez voy a deciros eso de » el 2024 va a ser nuestro año». ¿Por qué no?

Hoy es nochebuena, y yo soy bastante El Grinch, así que aprovecho estas fechas para hacer balance o borrón y cuenta nueva, emprender nuevos rumbos. Probablemente si una persona me observa desde fuera diría, anda que nuevos rumbos ni que niño muerto, si siempre es lo mismo. Desfragmentarme y volverme a armar. Ahora nos expandimos en mi direcciones, ahora me contraigo y hacemos un Frankestein con todos mis yos.

Y ahí andamos. creando el mounstruo perfecto, o la novia con la que bailar una vez que el rayo produzca el milagro. En este caso el hijo fruto de pegar mil cadáveres es el Mequiverso, del que siguen colgando vomitonas emocionales desde hace 15 años. Pero este mounstruo se ha convertido en la piedra que no me deja avanzar, en lugar del universo motivacional donde dejarme fluir que pretendía ser. Peso muerto. Por tanto he decidido enterrarlo. dejarlo marchar y empezar de cero. Lo que se pueda recuperar se recuperará, y lo que no, pues que se pudra. Hay que saber soltar. Y vamos a soltar. ¡Suelta ya coño!

¿Cuántas veces se puede volver a empezar? No voy a negar que me inspira mucho Batania@neorrabioso/ Vanessa@maricronica, ójala tener más personas que ante las crisis existenciales de cómo sobrevivir a nuestros personajes, y no tener miedo a volver a empezar, a reinventarse las veces que haga falta. Al fin al cabo, entiendo que es una necesidad natural, seguir creciendo, apartar la coraza anterior que se ha quedado pequeña y continuar. Redefinirse es una tarea para toda la vida. Yo al menos voy a seguir haciéndolo mientras el cuerpo aguante.

Y bien, ya he perdido la cuenta de cuánto tiempo llevo en esta locura del Mequiverso. Pero, hace un año, decidí sacudir mi mundo y volver a empezar de cero en una nueva ciudad. Sí, estoy loca, muy radical, y más en esta etapa de la vida, y he de reconocer que me lo estoy tomando con bastante tranquilidad, si es que ese término puede aplicarse a una persona como yo que nació para elefante en una cacharrería. Así que aún estoy terminando de degustar la primera temporada, y decir adios a los personajes secundarios con sus tramas y aventuras que hemos tenido este año pasado y creo que ya estoy lista para empezar la nueva temporada. ¿ La empezamos?

Es sabido que yo no puedo con mis propias expectativas. Un ejército de yos, no podrían con ellas. Y me estoy resistiendo a hacer una lista de la de cosas que me apetece contaros (proyectos que quien sabe si podré llevar adelante) , las cosas que tengo en mente, pero… pero… pero… para que esto funcione, me he propuesto (a ver cuanto duro) hablaros poco o nada de lo que está por venir, y más de lo que va sucediendo. Estas navidades, que como buena duende verde antinavidad, voy a estar muy tranquilita, voy a ir dejarlo todo listo para cuando terminen las fiestas lanzarnos y fluir. Fluir…, no sabéis la rabia que me da la cantidad de veces que oigo a gente referirse a la palabra fluir con desprecio, imagino que porque ha ido sembrando muchas heridas alrededor. Pero vamos, eso no va a evitar que para mí sea una especial, tanto, que la siento mía, casi como si la hubiera inventado yo.

Y eso, que me gustaría que El Mequiverso se convierta en un reflejo de ese fluir. Fluimos? Vamos a por ese 2024!

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