A tí, ninfa traviesa que te cuelas en mi cama y desbaratas mis nortes y mis vértices.
A tí, sonrisa infantil que dibujas círculos de colores en mis ceños fruncidos y descolocas los órdenes de mis precipicios.
A tí, encantadora de la lengua de serpiente que viperina te escupe en el destierro de mi juicio.
A tí, mi frágil musa que convierto y desconvierto en papel presa siempre de los caprichos de mis sentires.
A tí, que intentas aprender mi idioma secreto para comunicarte conmigo y con mis mundos paralelos.
A tí, que aún consigues creer en los cuentos de hadas y no te hace falta soñar con mundos perfectos.
A tí, que deshaces lo andado una y mil veces para poder reencontrarme infinitamente.
A tí…que tú sabes quién eres.