Colección de azules

Aparte de un libro de un libro con mis poemas, cuando lo elaboré, traté de buscar una forma de darle un toque distendido. Vale que el libro de puro intimista puede llegar a ser algo triste, pero muchas veces los procesos de crecimiento emocional tienen que ver con no renunciar a ese lado menos agradable o amistoso de nuestra identidad. A todo el mundo le gustan los triunfadores, pero hasta los triunfadores tienen sus claros y sus oscuros. Y este libro tiene tanto claros, como oscuros, pero sobretodo intimidad. Por eso está escrito en formato de poemario.

¿Pero por qué se llama la colección de azules y que son los azules?

Los azules son una serie de emociones codificadas en poemas, englobados en capítulos. Cada azul es una piezza más para entenderse y reconstruirse una misma. Una oportunidad para reordenar el caos afectivo-emocional que todos llevamos dentro.

Cada poema, en el libro, está numerado con un azul en el sistema hexadecimal, y todos los tonos de azules que se han usado para codificar los poemas se encuentran en la portada del libro, la cual ha sido ilustrada espectacularmente por la artista Carolina Villafruela.

Desnudo emocional

Las diferentes tonalidades de azul colaboran para dar matices a la imagen, Del mismo modo, las diferentes emociones ( tanto la tristeza o la alegría, el miedo, el asco, la sorpresa e incluso la ira ) forman parte del espectro que nos define y nos da profundidad. No seríamos los mismos sin los elimináramos. Por eso en este poemario he querido recuperar muchos poemas que dan matiz al personaje de La coleccionista. No sólo conquistas y éxitos, sino callejones sin salida, dudas, miedo, soledad, incertidumbre, tristeza.

Y de ahí que este poemario sea un desnudo, ya que es una selección de poemas muy personales, que corresponden a un proceso muy íntimo en la búsqueda de una manera de amar y un ser amado, en el complicado arte de sintonizar la razón y la emoción.

Un guiño a sus otras dos pasiones, la imagen y la mente humana. Que cobran dimensión en su vida especialmente a través de la fotografía y la psicología.

Capítulos

El libro se divide en 6 capítulos.

El primero, Desfragmentando, funciona a forma de introducción del libro y es un pequeño resumen de éste. En este capítulo, cada poema pertenece a un tipo de las clasificaciones en las que he dividido el libro. Así veríamos oscuros y claros entremezclarse, para hacer un retrato difuso de diferentes estados emocionales.

El segundo, La crisálida, es realmente el comienzo del libro, en el que los tonos que se utilizan son tonos extremadamente claros, prácticamente blancos indefinidos, que reflejan ese estado constante de reflexión, de volver al principio, de transformación, de pararse y esperar. La vida está en constantes fases circulares, y todas ellas empiezan y terminan en un nuevo en este estado, que dará paso a la siguiente transformación.

El tercero, La oscuridad, refleja todas las debilidades y miedos que tenemos que afrontar. Los azules que representan estos poemas son azules muy oscuros, casi negros. Necesarios para poder llegar al siguiente estado, la catarsis, que es superar y afrontar todos esos oscuros y superarlos.

El cuarto, Las crónicas de media noche, son poemas fruto de la catársis, siguen siendo poemas oscuros pero no tanto, en todo caso tonalidades apagadas, sin intensidad. Las debilidades, aunque siguen así, se van convirtiendo, superando, dejando atrás la oscuridad, para finalmente convertir en fortalezas todos nuestros momentos más oscuros.

Y eso nos llevará al quinto capítulo, una etapa de auténtico delirio, Los seres azules, donde La coleccionista Ama y es amada, con sus valles y sus colinas, sus fracasos y sus conquistas, pero sin oscuridad, todo es intensidad. En este capítulo los azules son intensos, bonitos, con tonalidades saturadas y bonitas. La tristeza y la alegría son ambas una tonalidad necesaria de los seres azules.

Y finalmente, el sexto capítulo, Cenizas es una forma de cerrar el círculo, una regresión que nos invita a volver a un estado de reflexión, de volver a entrar en la crisálida, cuando la intensidad se pierde, cuando los azules pierden su matiz. En este capítulo los azules son claros, no tan claros como en la crisálida. Pero que es necesario volver a renacer para poder volver a sentir la intensidad del azul. Por lo que tendríamos que volver, otra vez, al principio, a la crisálida, para volver a empezar.

Fín de una etapa

Pero los azules no se quedan ahí, son sólo una selección representativa de los azules que forman el espectro de los últimos 10 años y que representan el fín de una etapa, un círculo formado por infinitos círculos. Como buena coleccionista esa necesidad de seguir encontrando azules con los que formar el caleidoscopio nunca abandona por lo que siempre van apareciendo nuevas piezzas. Evidentemente son una continuación, pero son otra etapa.

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