Hay tantas razones transparentes dibujando los límites de los tiempos no marcados
Ese olor a playa maldito
Ese peso negro de la pobreza.
Se me escama la piel al escuchar vacíos en nuestros renglones.
Distancia fría
La sombra del pánico,
Masticar cada día tu ausencia.
Momentos esdrújulos confundiendo oblicuo con agudo.
Volver a los dieciséis
Atornillarme en el descansillo
El termómetro afilado enfría mi entrepierna.
La peonza gira caprichosa
ardiz de destinos futuribles que se marchitan.
Ráfagas de fantasmas estornudando la falta de lógica.
Decadencia
Letanía, sabor agrio entre dientes.
La loca de los gatos que rebota en nuestras consciencias.
Versando nuestras distancias y saciando nuestras ansias a la hora justa.
A contrarreloj.
Adios entre cristales.
Teñirnos, de otro color, de otro nosotros
Convertinos en la caricatura de nuestros demonios.
Lencería quemada
resina en las comisuras de los labios
Sabes a gastado
y yo a cerilla consumida.
Mas cuando más me azota la desesperanza
dibujas un abrazo perfecto
recordándome
la perfección on que encajamos
y te disfrazas de sonrisa
bálsamo instantáneo
transformando todas mis grietas
en meros efectos de la luz
Sombras que parecen cráteres
Elevaciones que semejan montañas
Y entonces comprendo los mecanismos para volverse loco
para perder el juicio
cuando no hay quien sepa tenderte la mano
desde el otro lado.
Febrero 2013