Otra vez un cuarto perecedero
ya se distinguen sus comisuras
su sabor a fuera de temporada.
miro los rayos de luz que filtra la ventana
y te recuerdo, entre mis cosas, recostado,
iluminado entre naranjas y ocres,
pintado con partículas en el reflejo de mi espejo.
Archivándote.
Racaneando el momento de envolver, de guardar,
de rendirse, de empezar de nuevo,
el descoserse de las paredes,
dejando hilos sueltos en tantas esquinas.
Tiro de mi sonrisa que se atasca
en muecas estereotipadas
y me detengo en la doble ración que dispongo por las mañanas
aveces, incluso, cuando no estás.
Se me encharcan las palabras
al buscar ventajas de no despertar a tu lado.
Archivándote.
Me agarro los tobillos
para que no se me partan al caminar
entre los quicios de las puertas que me llevan
a amaneceres sin guión.
Levanto la vista y encuentro una galleta,
un pájaro gordinflón, unas cuantas letras garabateadas
y AMOR,
amor en grandes dósis,
creo que tengo desordenado por el suelo
y temo no saberlo rescatar todo a tiempo.
¿Y si me lo dejo aquí? Sin querer, perdido en un cajón
o bajo las baldosas o filtrado por las paredes
como esas humedades verdes
que se me meten en los ojos
y florecen azules, o transparentes
marcando miedos en mis costillas.
Archivándote.
Ropa, más ropa que se amontona,
mezclada con la tuya, esa que te quito,
esa que me quitas y pienso en la de sitios
que nos faltan por enjuagar de besos y deseo.
Un paraiso sin gastos pagados
que los pobres hasta tenemos
que subir andando al cielo
y nos cuesta caro.
Y te veo a través del objetivo, del derecho o del revés
estiro mi mano y no puedo sentir el roce de tu piel en tu imagen.
Araño y rasco como un animal encerrado
y veo la sangre brotar de mis yemas.
Temo verte finalmente en llavero
en imagen mutable y muda que puebla mi pantalla.
Archivándote.
Me abrazo a mi colcha que se desvanece
y se hace invisible y pesada. Siento su aspereza,
latigazos fríos en mi espalda que reclama dolorida
la pomada de tu abrazo, el bálsamo de tus caricias,
las sábanas se tiñen de marea
en la que me pierdo en la noche.
Varada en la cima de mis reflexiones
de un reloj que acelera el ritmo
segun se me acaban las fuerzas.
Afeitándome la desidia que me crece en piernas,
brazos, en la tripa, en el pecho, en la risa.
Me siento en cada oportunidad de verte
para almidonar en mi retina
todo el catálogo de tus estados de ánimo,
de las formas de darme un beso,
de las maneras en que me tocas,
me abrazas, me mimas, me miras,
de todas y cada una de tus sonrisas
o tus gestos.
Archivándote
Archivándote
Archivándote
Con la ansiedad de un corredor de fondo
que se va quedando atrás
pero no ha perdido la esperanza
aún de ganar.
Siento miedo de que nos dejemos alguna fórmula milagrosa
en la habitación en la que a menudo siento que vivo contigo.
5 comentarios en “Archivándote”
Puff…disfrutarlo sin pensar en archivarlo o en su fin…tal vez…es la única salida.
Pero al parecer no podemos evitar seguir pensando todo el tiempo en cómo nos sentimos y de qué tenemos miedo.
Me siento muy identificada con tu habitación, aunque hace tiempo que la mía está sola.
Un besito, linda.
"Tiro de mi sonrisa que se atasca
en muecas estereotipadas
y me detengo en la doble ración que dispongo por las mañanas
a veces, incluso, cuando no estás.
Se me encharcan las palabras
al buscar ventajas de no despertar a tu lado."
Entre otras líneas.
Hay varias bastante buenas, aunque la identificación del que escribe no queda clara.
¡A ver si sigues cayendo por aquí!
No vas a dejar atrás ningún jirón descontrolado
cuando la respuesta de lo perfecto que es vuestro equilibrio
ese orden caótico que siempre mencionas.
El miedo es lo único que te ata a la realidad…
…es humano ese temor… XP hasta para ti.
No estás a la deriva mientras haya un hogar al que
siempre puedas llamar "hogar" y ese corazón ya tiene nombre…
Galletas. No creo que sean tostarrica 😛 verdad?
Pregúntale a la Chica Metáfora, ella es la culpable 😛