Tu voz se fundía en la oscuridad mientras la melodía que intentabas entonar en susurros me embriagaba en un hechizo mágico. El alba te convirtió en persona de nuevo y volviste por tu camino de baldosas amarillas a tu mundo de oz.

Hoy sigo hechizada bajo tu embrujo.

Quiero que me hagas una foto. Quiero inmortalizar este momento.

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