Éramos libres
la madeja enredada
miles de hilos
tus hilos mis hilos
éramos libres
los nudos estorbaban
hacían daño
la lana hendiendo en la piel
éramos libres
tu cuerpo
mi cuerpo
las ganas
el silencio
la habitación llena de fibras rojas que se cruzan
la fusión temporal
la piel compartida
la boca llena de otros
el vello apuntando a la puerta
ritmos asincrónicos
insistiendo en las mismas zonas
gastadas
dedos sembrando en los mismos senderos
compartiendo la forma de curvar el tiempo
de flexionar la lógica
de rasgar las normas
Éramos libres
no había nudos
que nos trajeran de vuelta
y ambas nos perdimos
enredadas
en otros mundos.