Y volvemos a hablar y me desoriento un poco, con tus palabras y tus gestos. Dos cosas parecen impresionarte, una es la poesía, que me comentas en casi cada mensaje, y la otra es que no entiendes por qué me he fijado en ti o por qué me has llamado tanto la atención.

Mis músculos se relajan. Pero me inquieta ser desconcertante en tu vida, a ratos me creo el deshacerme de tu imagen, y a ratos no puedo resistirme, y te mando mensajes, sobretodo de madrugada.

02 06 11
Madrugada

Y la madrugada se hace infinita
para que la forma sinuosa
de mi cuerpo en la cama
no recuerde tu abrazo, tu simetria
tu aliento dibujándome la piel
tu sabor labio pegado.

Tu mensaje:

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