Me descolocas constantemente, aún no te tengo pillado el truquillo. Anoche en plena embriaguez, me llamas y estamos 1 hora hablando, diciéndome cosas bonitas, acercándote como ninguno de estos días desde que te fuiste. Me dices que quieres verme, que me vendrás a ver esta semana, que te has dado cuenta de que soy importante para ti.
Mi sonrisa de tonta se ve quebrada cuando me llamas hoy y me dices que has conocido hoy a una chica, y que vas a venir con ella, a verme, cuando ella tenga libre, que será los días en los que yo no no estaré libre y que si tenéis sitio en mi casa. Me desconcierta. No entiendo esto. Me pillas tan de imprevisto que no sé ni qué decirte. Pero después de colgarte… me ha quedado una sensación medio desagradable, como agridulce, porque tengo ganas de verte, pero no sé si así.