Si fueran puntos grises mis rarezas…

No sabemos cuánto tiempo durará el cometa volando sobre nosotros. ¿Para qué embargarse más allá de su estela? Mejor no alzar losas que puedan pesar demasiado, si aún no sabemos donde están plantadas . Mejor no detenernos en las rarezas de tiempos futuros ahora que el cielo aún sigue brillando ajeno de su destino efímero.

Sobre un taburete, tus piernas decidieron abrazarme con esta canción sonando, para apretarme los demonios y sacarlos fuera. Y ahora rebota esta canción en mi cabeza sin parar. Supongo que se ha convertido en un mantra para ahuyentarlos cuando no estás.

No me gusta tener demonios. Pero en el fondo siempre están al acecho y se aprovechan los días fríos, los días que estoy flojita. Se ve que los crío o alimento sin remedio.

Pero tú has decidido venir y desafiar toda la lógica , la mía, forjada a base de moldes que acabaron quebrándose una y otra vez al chocar irremediablemente contra ellos. A recordarme que el futuro no existe, no se puede cazar, no se puede arrojar una flecha incendiaria buscando iluminar sus sendas. Que el amor siempre está aquí, en el ahora, en un hoy que se propaga por la efemeridad de nuestro paso por la eternidad. 

No eres la primera, ni la segunda relación a distancia que tengo. Y quizás por eso temo las consecuencias. Quizás por eso nunca pensé que esto seguiría su curso. No sé si pereza, la edad, la experiencia, pero siempre digo que no tendré otra relación a distancia. Y al final, mira, vuelvo a tragarme las palabras. 

Pero esta vez, la distancia se me antoja distinta como un apéndice de tu ritmo. Desde el principio tu ritmo, tu forma de manejar los tiempos ha sido distinta, desconcertante. Tu forma de vivir el tiempo, tan asincrónico con esta época frenética, tan dispar con el ansia incompartible, tan extraña y exótica, desconocida ha ido tejiendo entre nosotros una nueva forma de danzar tal que me siento como una exploradora con cincel que da forma y descubre un nuevo planeta, un satélite, un cometa…

Te siento efímero, imposible, intangible… Pero ahí estás, pero ahí estamos…

Y mientras suena este mantra, vuelvo a sentir de nuevo tus piernas, tus brazos, tus besos, volviendo a expulsar a mis demonios, no sé cómo lo haces, pero de de nuevo vuelves a conseguirlo.

Quiero que me hagas una foto. Quiero inmortalizar este momento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *