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Listado de poemas de Horacia en la Azotea

Éramos libres
la madeja enredada
miles de hilos
tus hilos mis hilos
éramos libres
los nudos estorbaban
hacían daño
la lana hendiendo en la piel
éramos libres
tu cuerpo
mi cuerpo
las ganas
el silencio
la habitación llena de fibras rojas que se cruzan
la fusión temporal
la piel compartida
la boca llena de otros
el vello apuntando a la puerta
ritmos asincrónicos
insistiendo en las mismas zonas
gastadas
dedos sembrando en los mismos senderos
compartiendo la forma de curvar el tiempo
de flexionar la lógica
de rasgar las normas

Éramos libres
no había nudos
que nos trajeran de vuelta
y ambas nos perdimos
enredadas
en otros mundos.

 

 

Ahora no estás
no estás ni aquí,
ni en ningún lugar
has decidido desaparecer
hacerte transparente
para que no te pueda tocar
ni buscarte,
ni oirte, ni olerte, ni besarte, ni saberte.
Transparente,
imperceptible, etérea.

Tu fantasma se me presenta en las calles
para recordarme que no vas a venir
que no te espere
que no te busque
que has desaparecido.

Y las horas pasan,
tu ausencia no es ausencia
es distancia
azul distancia
hilos que nos alejan
que susurran tu oscuridad
tu pared esquiva
tus dominios de hielo
la noche que pretendes reinar
lejos
sin mí,
por miedo
por ego
por juego
ausencia que de ti
me aleja
maltita fría
princesa.

 

Sirena
silencioso entremés
escúrrete entre mis manos
que tus curvas naden entre mis yemas
escúrrete
mientras forcejeas aleteando

tatúame tus escamas
tatúame tu ansia
por salir airosa de mis trampas

sirena
aléjate con descaro
provócame en tu huída
vibra entre mis fauces
escúrrete
que mi colmillo te abra en canal
para que te sirvas, sola, en mi plato
abierta, desnuda, húmeda, fría,
pececillo suicida
escurriéndote siempre
de mis labios

 

Guerrera trepadora
tus uñas en la cortina
saltas en la noche
de balcón en balcón

Me bufas
me gusta cuando bufas salvaje
cuando bufas rabiosa

Vuelves de tus reyertas
a buscarme
con los ojos inyectados en sangre
el juego de sortear tus afiladas intenciones

Eres la niña que ríe nerviosa
que ríe maliciosa
que ríe fantasiosa
atacas sin medida
buscas hacer heridas
marcarcarme sin marcas
sin ataduras, atarme
atraparme

Pequeña bola de pelo
te azuzo en la hoguera
carita de porcelana
cuerpo de principesa
ojos de bruja
sonrisa diablillesa

Tus dientes de leche
agujas en mi cuello
muerde gatita
succiona mi sangre
aprieta tus dientes
mientras puedas
mientras este juego de vívoras
no nos consuma
trepa, trepa, escala, no te detengas
busca la cima
que las caídas no te frenen
ni te asuste el riesgo de entrar en mis sueños
la fantasía hecha carne
la carne tentación
la tentación vuelta deseo
el deseo,
una manzana
una cascada
tirar de una cuerda
tambores
empieza la danza
el juego
acaba de comenzar.

 

 

Verfrútame

déjame cerezarte

llenarte de fresos

aguacazarte fuerte

mientras nos emborranamoramos

con cerveza.

 

 

 

 

Con la lluvia se cae tu disfraz
se caen tus miedos
tus distancias
con la lluvia eres otra.

Primero fue en la noche
en tu casa
sola
con vino
llovía
después fue de día
en la iglesia
juntas
con cerveza
llovía
ambas veces , me buscabas
ambas veces, mi brazo, tu abrigo
venías damisela
ronroneando
sabiendo a princesa salvada
tras el naufragio

La lluvia te sienta tan bien
mojada
pegada a mi cuerpo
ya no huyes
no hay distancias
Ven, que yo te cubro
que no te llueva
mi damisela.

 

Animalito, frágil, duro, frío
golpes, más golpes,
no te frena mi silencio
abres tus alas
te colaste en un descuido
te has posado en mis palabras
vienes a hechizarme con fruta
a emboracharme
a tentarme
a buscar en mi lujuria
unas riendas para refrenarla
controlarme

ay

animalito frágil
mariposa felina
te vas haciendo grande en el hueco de mi cama
tus labios se niegan a besarme
pero tus ojos me desnudan
me desvisten
me arañan
me desean
me aprietan
te pones brava
te enfadas si no caigo en el juego de seguir tus faldas
te inquieta que no me deje atrapar
me buscas y me desbuscas
ahí estoy
esperando que desbarates la baraja
que dejes de jugar las cartas
y morderte
que se revuelvan tus piernas
mientras hinco los dientes
deja de hacerte la fuerte
que todo te tiemble
mariposilla
gata traviesa
sigue huyendo cual cenicienta
aunque tú
nunca
quisiste ser princesa.

¡Oh Horacia!
¿Nos encontraremos hoy?

Cada encuentro contigo siempre fue un misterio, con tus juegos laberínticos buscando recrear París en un Madrid descafeinado.
Me buscabas, siempre me buscaste, con tus enigmas, tus códigos y tu constancia.
Inventando las reglas de nuestros encuentros, planificando alargar el deseo.

Te vi aquella noche, a lo lejos, sin planificar, tras tantas que no surgieron. Apareciste por imposición de tu voluntad cazadora, inquiriendo a tu presa, enmarcándome en un plan con receta para experimentar con el deseo. El deseo de besarnos, de estrecharnos entre los brazos.

Y así fue como empezamos el ritual de regalarnos fruta, de beber cerveza en las calles, emborracharnos juntas y desaparecer siempre, antes de empezar la noche, como una cenicienta maldita.

Me buscabas, con la dedicación del relojero, paciente nos envolvías en conversaciones cómplices, andábamos en sendas paralelas que buscaban no mezclarse pero nos sedujimos, la lluvia nos azotó en plena noche.

Tú, siempre tú, decidiste que sería yo, la maga, tu muñeca tonta que  frágil se rompe en pedazos. Me encontraste y dijiste quiero conocerte, antes de que pudiera oirte, antes de que pudiera percibirte.

La lluvia, digo, la lluvia nos caló y no nos dejó elegir, que fuera en aquel sitio, en aquel rincón, bajo mi abrigo, aquel día negro, el olor a perro mojado, la iglesia…

Y tú me mirabas, arrastrándome a tu mágico juego, el vuelo libélula de tu plan encriptado y me lanzaste garrafas de agua ante mis botellas al mar.

Fuimos la pareja suicida que se agarra de la mano, cayendo felices al desastre, al escombrarse neurótico de tus ausencias repentinas. Tú, anzuelo-tirita, mercromina-tóxica, endulzándome deshaciendo la madeja que agrandaba mi vacío. Bebiéndonos la soledad en vasos de sidra, mordiendo las normas, las pautas, las costumbres y despertarse con la sensación de que hay otro lugar al que arrojarnos.

Las azoteas nos hicieron emisarias de nuestros desencuentros y la madeja convertida en mariposas-piraña nos empujaba al choque frontal. Igual que aparecimos, desaparecimos, el mismo vacío silencioso nos convirtió en reflejo de nuestra historia. Dejamos de buscarnos para quedarnos, para ser otras, atrás los juegos, los abismos, los trapecios, las sonrisas funambulistas, eliminando así el riesgo de quemarnos.

Ahora tú partes a Italia y yo lejos de Madrid, ¡Oh querida Horacia! ¿Nos encontraremos?

 

 

 

El espejo
Ojos con ojos
nariz con nariz
mimetismo perfecto
labio con labio
frenético beso
mano con mano
seno con seno
es la postura del espejo

ombligo con ombligo
vello con vello
revueltas
rítmico movimiento
otra vez
labio con labio
mágico beso
marea de piernas
entrecruzadas
es la mujer y su reflejo
es la postura del espejo.


NoS ALEjamos o nOs acerCAMos?

Cada día ando más desorientada,
espero al menos
siempre tener ocasión
de poder compartir
un puñado de fruta
y alguna cerveza
en las plazas o calles
en los infectos bares
o donde me dejes
volver a encontrarte.

Ese, tu libro, que me hace desaparecer del tiempo
ahora que tendría que estar huyendo o muriendo
o ambas a la vez,
ahora te encuentro
ahora que estoy desgastada
que las ganas están manchadas
exhaustas
He querido dibujar una tregua a mis días
pero no puedo
no debo
pero acaricio las frases
me cobijo en esos, tus besos, tus besos
a ratos me arranco los ojos
a ratos me muero en la pantalla
y pasa el tiempo

Me alegro de conocerte
alguien debe hacerse cargo de encender mi risa

Y entonces va y sucede
de la forma más extraña
en un andén hacia ningun sitio
y tú te marchas
y yo me quedo
imaginando
fantaseando
con que tal vez
sólo tal vez
en realidad no te has ido
y que apareces de golpe
y me abrazas
y me vuelves a besar
ahora si
sin prisas
sin sobresaltos
pero el andén está vacío
y yo todavía
sin saber muy bien lo que ha pasado.

Espero verte pronto y que esta vez todo sea, como tú dices,
de otra manera, aunque nunca me gustó imaginarme
cómo van a suceder las cosas,
siempre fuí de las que les gusta dejarse llevar.

Deshojando las palabras, deshilando los momentos que bailamos en este baile de máscaras, en el que tú me quitas el miedo y yo te voy descubriendo poco a poco, aveces arrolladora, aveces frágil mientras me miras de puntillas a punto de quebrarte.

Hoy desconcertada miro entre notas cómo jugamos sin sacarnos las uñas, acercándonos con cada distancia que nos proponemos, acariciándonos con cuchillos afilados, embargando palabras, apurando los sentimientos que no guardamos en formol.

¿Quién dijo miedo?

Hoy estás en alguna parte, tal vez tecleando cosas en un ordenador, o tomando una copa de vino, o escuchando como repiquetea la lluvia en el techo, en esas ventanas que temes que por descuido dejes abiertas y se inunde la casa.

Tal vez piensas en mi, o tal vez te dejes seducir por otros pensamientos que desordenen tu consciencia. Yo fantaseo con que me pides que vaya a salvarte de tus soledades y que me invites a compartir contigo una botella de vino, que me descubras la sonrisa y te abraces buscando mi abrigo. Que nos amanezca divagando realidades y fantasias mientras tus dedos juegan con mi pelo.

Será la noche, será la lluvia, será la melancolía, serán los abrazos furtivos que nos damos y las despedidas apresuradas pensando cuando nos volveremos a ver, pero esta noche me gustaría pasarla en tu compañía.