Narro en primera persona una etapa que se cierra, conmemorando 10 años recitando en escenarios, la etapa de loca e intensa juventud que ya no volverá, la vida afectiva como excusa para reflejar el transcurso de todo lo vivido en esos años.
En este poemario recojo muchos de los poemas de mis últimos años en Madrid, de mis noches en el Bukowski, de la época del 15M, de mis amores y desamores desde mi despertar a la bisexualidad, la diversidad sexual hasta el poliamor. Y también de los primeros años del exilio forzado al que, a muchos, nos expulsó la crisis del 2008. Volver al pueblo de la adolescencia. El conflicto afectivo-emocional-social del que regresa.
Este poemario tenía que nacer, en el momento que ha nacido, con los padrinos que tiene que no son otros que la maravillosa artista gráfica Carolina Villafruela que ha ideado esta delicia de portada y Antonio Díez, profesor y compañero poeta, que ha prólogado de una forma exquisita el contexto exacto en el ha de entenderse el libro, resumiendo y presentando a La coleccionista, a la época, al ambiente.
Este poemario, al final, se ha convertido a la vez en historia y en extrategia, una especie de catársis circular afectivo-emocional, como mecanismo adaptativo en que lo oscuro da paso a lo bello, y donde las cenizas no son el final, sino el principio de la siguiente etapa.
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