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muestra del libro anarquista

Micro abierto en la muestra del libro Anarquista en Valencia

Ayer domingo, el amigo David Trasumante, nos reclutaba para que participáramos en un micro abierto que desde Alzavoz habían instalado en la plaza del Carmen en Valencia. Y ciertamente me apetecía ver el ambientillo anarquista y escuchar poemas comprometidos, propuestas mentales que me agitaran el cerebro. Siempre es agradable poder ver en poco espacio a tantas personas con ganas de un mundo mejor, más libre, más justo, menos cruel. O al menos eso quiero pensar yo.

Los sueños flaquean cuando te planteas, para qué. En mundo tan consumista y oportunista, de qué sirven los ideales, los sueños, querer hacerse entender para mejorar las cosas, cuando las voces solo quieren tener razón, solo quieren que se las oigan más y mejor. Y eso, necesito pensar que hay oasis. Necesito saber que no todo el mundo te mide por el poder adquisitivo, por tu capacidad de ganar dinero y/o fama, ya sea profesionalmente o artísticamente.

Recuerdo cuando descubrí la canción Amo de Silvia Penide, que no pude evitar hacer un vídeo, cuando aún no sabía apenas montar con los cuatro vídeos que tenía en mi ordenador. Necesitaba que esa canción llegara a mucha gente, porque no se oían esas consignas por aquel entonces. La propia Silvia no cantaba la canción entera en los conciertos a los que yo fuí. Ahora todo está de moda, y quizás suena a floja, los tiempos cambian. Pero eso, descubrir gente que me devuelva la fé en el ser humano, es una de las cosas que me empuja a seguir yendo a algunos sitios.

muestra del libro anarquista

Y bueno, aunque me lo pasé bien,  me he vuelto un poco pensativa. Con una sensación conformista… De quien calla por temer la represalia, podemos corear mientras no moleste y pienso ¿Hace cuánto que no hay palabras que me sorprendan? ¿Que me hagan sentir el placer de salir de la zona de corfort a un lugar peligroso pero mejor? Supongo que a medida que se van consiguiendo visibilizar realidades, nos hacemos cómodos y ya no merece la pena.

Pensamiento anarquista

 

El pensamiento crítico no debería volverse débil en casa, debería radicalizarse. Ser mucho más crítico con lo cercano que con la oposición. Pero la tranquilidad, el confort, la dictatura de las formas.  Demasiados ojos. Demasiada sensibilidad. Y el ostracismo y el apaleamiento público como advertencia para los osados. Mientras la osadía se mida en likes, estamos equivocando el público. No deberíamos encontrar aplausos en las plazas. No deberíamos buscar aplausos desde el escenario. Sino aliados o enemigos. Sino cómplices o gente sorprendida. Sino conversaciones o discusiones.

Pero todos callamos. Aplaudimos. Nos guste o no nos guste. Y nos vamos a casa.

 

 

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