Cuando vuelva, dime que aún te acordarás de mi,
de esa yo que yo era, de esa yo que está por volver.
Cuando vuelva, quiero
que volvamos a perseguir el aroma a té
que deja el chocolate entre mis labios.
Volveremos a fingir que somos dos desconocidos
y me tocarás a escondidas
mientras nadie nos mira
o creemos que nadie nos mira.
Y te llamaré para que vengas corriendo de madrugada
y me descubrirás vestida de princesa o de guerrera
y jugaremos a desarmarlas.
Cuando vuelva
habrá maullidos en la ventana
y sonido de palomas en la cocina.
Y el invierno anidará rojo en mi espalda
mientras pelean las calzas en mis piernas.
Esa yo, que inventa aventuras
para entretenerte y evitar que te vayas.
Esa yo que sonrie distraida
cuando metes la pata.
Esa yo que sabe trepar a los tejados,
batir las alas y cazar malos pensamientos.
Esa yo quiero-arreglar-el-mundo
que no quiere atarte
y que le gusta verte
revolotear travieso.
Cuando vuelva dime que otra vez
nos hará cómplices el silencio
otra vez
ese abrazo-puzzle
en el que tan bien encajamos.
Cuando vuelva
dime
que aún te acordarás de mi
y que me pedirás
que nunca más
me vaya.