Esta noche estoy esperando que se ilumine la pantalla,
espero que aparezcas para rescatarme de la neurosis
que me producen los días tras los findes raros.
Temo los findes raros, son el cáncer
que se van apoderando de mi seguridad afectiva.
Después de un finde raro, las cosas
ya no vuelven a ser como antes,
donde antes había complicidad,
deja de haberlas,
las frases y juegos de palabras
ya no fluyen naturalmente
y aveces aparecen esos silencios feos,incómodos,
acompañados de miradas de circunstancia.
¡Hasta los besos son raros, saben a artificiales!
Ahora temo verte,
temo que ya no puedas volver a mirarme
como me mirabas antes.
Con esos ojitos, esa ansiedad,
con esas ganas de besarme a toda-hora
o esa forma de abrazarme
y alargar el tiempo para que no me vaya
esa habilidad tuya de secuestrarme,
para liarme siempre y me quede a dormir contigo
aunque tenga exámen al día siguiente
aunque esté enferma.
Temo que cuando nos veamos
el aire se haga tan espeso
que sea incómodo respirar
y las miradas no se claven fuerte en los ojos
sino que deambulen incómodas
a la búsqueda de alguna excusa
para de nuevo alejarnos.
Temo que desandemos el camino andado
y volvamos a ser esos desconocidos sin saber qué decirse
pero esta vez, sin ganas de conocerse.