Tengo ganas de volver a verte porque sigo con esta sensación de congoga, con este vuelco al corazón cada vez que me dices esas cosas, como ahora, como ese mensaje que pende en el aire y no puedo desprenderme de él: «Tan lejos y tanto me faltas. Te echo de menos»
Por qué me afectas tanto, tanto, tanto? Y desde anoche, no puedo parar de pensar en ti a todas horas, yo que había conseguido taparte con trazos de distancia y desdibujado tu recuerdo para no pensar en ti. Me atacas de nuevo, y yo caigo rendida.